¿Cómo oyen las serpientes?

Cómo oyen las serpientes

Tradicionalmente se ha dicho y pensado que las serpientes son sordas, ya que no poseen oídos externos, pero se ha descubierto, mediante los estudios de J. Leo van Hemmen y Paul Friedel, de la Universidad Técnica de Múnich, Alemania, y el Centro Bernstein para la Neurociencia Computacional, que las serpientes de hecho pueden oír en cierta medida.

Carencia de tímpano

Las serpientes no tienen oídos externos, pero tienen estructuras completas del oído interno, con cócleas, y son capaces de escuchar al sentir las vibraciones, junto con sus mandíbulas, ya que se deslizan por el suelo.

Los lados izquierdo y derecho de las mandíbulas de serpientes pueden moverse independientemente uno del otro. Como resultado, las serpientes pueden sentir las vibraciones, ya sea del lado izquierdo o el derecho, lo que ayuda a determinar dónde se originan los sonidos.

Mecanorreceptores

Los mecanorreceptores son nervios sensoriales espaciados a lo largo de la piel del cuerpo de la serpiente, y conectados a la médula espinal, lo que permite que el animal pueda sentir las vibraciones que le llegan a través de la arena o la tierra.

Estas vibraciones se mueven a través del cuerpo y a lo largo de los nervios espinales al cerebro, donde son reconocidas como sonidos. Estos receptores son extremadamente sensibles y reaccionan inmediatamente a los estímulos, lo que permite a una serpiente localizar la fuente del sonido.

Sonido en movimiento a través del aire

Una serpiente puede recoger las ondas de sonido a través del aire, debido a que el cráneo vibra cuando una onda sonora le llega. No obstante, una serpiente parece oír las notas bajas de forma más fácil que las altas.

Estos impulsos se mueven directamente del cráneo, en los oídos internos de la serpiente, al cerebro, donde las vibraciones son percibidas. De hecho, algunos propietarios de serpientes creen que sus mascotas son capaces de reaccionar con el sonido de sus nombres.

Percepción Extremadamente Sensible

Las serpientes pueden sentir que algo se mueve en la superficie de arena o tierra desde grandes distancias y determinar su ubicación fácilmente a través de las ondas sonoras. Estas ondas son pequeñas olas en la arena que se irradian lejos de la fuente a un ritmo rápido, alrededor de 50 metros por segundo. La recepción vibratoria sensible es común en las serpientes y les permite atrapar a sus presas con facilidad. 

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