Falsas leyendas sobre las serpientes

Falsas leyendas sobre las serpientes

Las serpientes se ponen furiosas y atacan si las personas se acercan demasiado

Esta primera leyenda en realidad es una verdad a medias, exacerbada por personas asustadas que tuvieron la desgracia de ser sorprendidas mientras dormían por una serpiente o de forma inconsciente la pisaron o perturbaron mientras paseaban por el bosque.

Por lo general, cuando alguien pasa cerca de una serpiente en la naturaleza, y se topa con ella, tanto persona como serpiente están atrapados con la guardia baja; por lo tanto, ambos caen en estado de pánico al mismo tiempo. Ante el temor de que la serpiente sea peligrosa para la vida, lo cual en realidad es en un grado insignificante con respecto al mito, la persona podría experimentar un debilitamiento en sus rodillas y una aceleración en sus pulsaciones. A menudo, la ruta de escape más rápida es inmediatamente elegida.

Al igual que la persona asustada, la serpiente también tiene una disposición repentina y poderosa a la huida, y escoge también la ruta de escape más rápida. A veces esa vía de escape es la misma tanto para el ser humano como para el reptil, por lo que al desplazarse los dos en la misma dirección, da la sensación de que la serpiente se desliza en la búsqueda de la persona. Un fenómeno similar se produce a diario en los pasillos de oficinas cerradas de todo el mundo. Personas que van en direcciones opuestas no tratan de bloquear el paso uno del otro por el pasillo, sólo que este constituye el mismo camino que todos transitan al mismo tiempo.

Sin embargo, este mito es cierto en parte. Algunas especies de serpientes actúan de manera activa contra los seres humanos y hasta los persiguen, como la serpiente de cascabel muda de Suramérica (Lachesis muta muta), que es una serpiente enorme y letalmente venenosa, y famosa por este tipo de comportamiento agresivo.

Dentro de los Estados Unidos, dos géneros de serpientes también persiguen a los humanos, pero "persecución" no es exactamente la palabra correcta para lo que realmente sucede. Algunos miembros de los géneros Pituophis y Agkistrodon parecen tan agresivos con las personas, que incluso persiguen a quien inesperadamente se encuentre con ellos desde largas distancias. Aunque algunas serpientes se defienden con vehemencia cuando alguien se acerca, los miembros de estos géneros entienden por defensa ir un paso más allá.

Pueden arremeter su cabeza, estocar, hacer silbidos o raspar su cuerpo contra sí mismos, incluso después de que el intruso haya retrocedido varios pasos. Un excursionista asustado o amante de la naturaleza puede confundir este despliegue sostenido de la ira y la legítima defensa como el ser perseguido por la serpiente, cuando realmente son pocas las que por naturaleza persiguen.

 Las serpientes son ciegas durante el caluroso verano

Muchas personas creen en este mito y esto es falso debido a que las serpientes simplemente no se quedan ciegas por la temperatura o la época del año. Sin embargo, las serpientes experimentan una pérdida temporal o inhibición de la visión cuando derraman o mudan su piel y con ella sus escalas oculares viejas, que son unas escamas protectoras que cubren los ojos, para dejar surgir otras nuevas en desarrollo.

Durante este tiempo, los ojos se tornan de un color entre gris y azul lechoso y la capacidad de la serpiente para ver es mínima. En cautiverio, este período de ceguera temporal puede ocurrir en cualquier momento antes de la muda de piel, pero las serpientes en la naturaleza normalmente no siempre comen tanto como sus contrapartes en cautividad, por lo que a menudo arrojan escamas viejas con menos frecuencia. En la naturaleza, especialmente en el sur de Estados Unidos, un gran número de serpientes mudan su piel a finales de verano, razón por la que tal vez surgió el mito durante esa época del año.

Mito sobre las víboras

 No existe eso de una serpiente madre

Esta es una de las leyendas que por suerte más rápido ha caído, debido a que casi todas las especies de serpientes que ponen huevos se marchan después de depositar sus crías bajo tierra o en medio de escombros en descomposición en los bosques.

Puede ser incluso que la serpiente madre más encuentre a alguno de sus descendientes. Las especies que dan a luz a crías vivas sólo las supervisan a distancia por un tiempo, pues nacen en su mayoría con las habilidades necesarias para sobrevivir y desarrollarse y no requieren de cuidados paternos.

Sin embargo, un reciente descubrimiento en África central ha aupado este mito, por lo menos en lo que a una especie de serpiente se refiere. Hasta la fecha, la pitón de roca africana es la única serpiente en el mundo que en realidad "se preocupa" por su descendencia.

Normalmente muchas especies de serpientes boid deposita sus huevos en el nido y dedica tiempo para para darles calor y defenderlos vigorosamente con todas sus fuerzas hasta que eclosionen.

Antes de principios del siglo XXI se pensaba que el cuidado parental de la pitón de roca terminaba allí, pero los nuevos descubrimientos sugieren que las hembras de la especie mantienen a sus crías cerca de ellas durante más de cuatro meses después de la eclosión.

Estas jóvenes serpientes gozan de la protección de la madre frente a las amenazas de potenciales depredadores. De hecho, pocas aves que cazan serpientes pequeñas o lagartos pueden moverse en un rango de 20 pulgadas alrededor de las crías de una pitón de roca, que las protege bien dentro de sus bobinas de aproximadamente 5,2 metros de largo.

Herpetólogos dedicados a la investigación de campo especulan que el calor absorbido por la pitón madre durante el día ayuda a mantener las altas temperaturas corporales de las jóvenes serpientes, al enrollarse sobre ellas por la noche. Esto puede demostrar, sólo para este caso raro, que las serpientes madre pueden existir, pero no es lo habitual.

 Las serpientes hembras protegen a su camada dentro de su boca

La causa fundamental de este mito radica en el hecho de que dar a luz a los jóvenes debilita tanto a estos como a la madre, por lo que si alguno nace muerto como resultado, o mueren poco después del nacimiento, ya que son demasiado débiles para liberarse de sus sacos de placenta, pues la progenitora no pasará por alto la posibilidad de tomarlos como fuente de alimento potencial.

En su estado debilitado, necesita todos los nutrientes que pueda conseguir, incluso si esto significa canibalizar a sus crías. Serpientes norteamericanas de agua, mocasines, cobrizas y especialmente las anacondas de Sudamérica, son conocidas por comer jóvenes de su especie muertos.

Por tanto, el mito puede haber surgido a partir de avistamientos de colas de pequeñas serpientes que asoman por la boca de la madre, pero lejos de protección, esto significa que murieron y la madre las tomó como alimento.

Las serpientes de cascabel siempre lanzan una advertencia antes de atacar

Nunca crean esto. Simplemente no es cierto. Las serpientes de cascabel evolucionaron sonajeros para anunciar su presencia en un paisaje lleno de grandes herbívoros ungulados, durante el período del Plioceno en América del Norte.

Los sonajeros son enlaces a viejas pieles mudadas, retenidas en ellos. Mientras mayor sea la serpiente cascabel, más fuerte puede ser el zumbido de su sonajero, que puede escucharse a metros de distancia.

Un bisonte u otro mamífero grande de los que se mueven a través de una espesa vegetación, conoce la advertencia del fuerte zumbido del sonajero de una serpiente de cascabel. Esta táctica de supervivencia benefició tanto a la serpiente de cascabel como a esos mamíferos, ya que la primera evita un pisotón fuerte y el otro una dolorosa, agobiante y venenosa mordedura.

No obstante, a pesar de que el ruido de la cola de una serpiente de cascabel está diseñado específicamente para advertir a los animales cercanos de la presencia de la serpiente, con los hombres no significa que suceda igual.

Todas las serpientes "oyen" acercarse a los animales mediante la detección de las vibraciones a través del suelo y el sustrato, por lo que una serpiente de cascabel sacude su sonajero cuando percibe la cercanía de un animal. Pero sucede que esos animales son fácilmente detectados porque pesan ente mil y dos mil libras (454-907 kilogramos). Detectar a los hombres, que pueden pesar como promedio 170 libras (77 kilogramos), le resulta más difícil a la serpiente. Por lo tanto, los seres humanos tienen mayores posibilidades de sorprender y ser sorprendidos por serpientes de cascabel y, en consecuencia, ser mordidos.

Si una serpiente de cascabel detecta un intruso demasiado tarde, y este intruso está amenazadoramente cerca, lo más probable es que la serpiente lo ataque a modo de defensa en vez de advertirlo con el zumbido de su cola.

Las serpientes no pueden atacar sumergidas en el agua

Cualquier persona familiarizada con los hábitos de alimentación de las especies de serpientes acuáticas y semiacuáticas puede detectar inmediatamente la falsedad de esta leyenda. ¿Cómo podría una serpiente, como una serpiente de agua de vientre rojo, cuya dieta consiste en peces, renacuajos y ranas acuáticas, someter a su presa sin la capacidad de atacar bajo el agua? Algunos, si no todos, de los miembros de otros géneros, incluyendo Agkistrodon, Thamnophis, Bitis y Rhabdophis, ansiosamente capturan peces, reptiles y anfibios sumergidos totalmente.

Algunas serpientes pueden picar con sus colas

Este mito se origina a partir de dos especies de serpientes que se encuentran en todo el sur de los Estados Unidos. Una es la víbora.

Al nacer, las víboras jóvenes son de un tono cobrizo en la mayor parte de sus cuerpos, pero las puntas de sus colas son varían de color amarillo vibrante a verde. Estos es interpretado por algunas personas como un aguijón que se destaca en la anatomía de la víbora joven, pero realmente el propósito de la cola es atraer presas.

A medida que la víbora bebé yace inmóvil y magníficamente camuflada entre la hojarasca cercana a la orilla de un arroyo del bosque, planta la punta de su cola entre las hojas y se retuerce y ejecuta contracciones. Este señuelo se parece mucho a un gusano u oruga luchando y cuando una rana o un sapo hambriento lo perciben, van en su captura, sin saber que van directo a una muerte segura.

La segunda especie que contribuye a este mito es la serpiente del lodo, que habita en los pantanos y humedales de la costa sureste de Estados Unidos. Esta serpiente tiene una cola afilada, que termina en una escala aguda y cónica y que ayuda al animal en la manipulación de su resbaladiza presa, salamandras y peces. De igual forma, la serpiente del lodo utiliza su cola como un elemento disuasorio contra potenciales depredadores débiles, presionándola repetidamente contra la piel del agresor.

Además de presionar la cola afilada contra la piel de sus atacantes, esta serpiente adopta una postura defensiva única cuando el desplazamiento en el agua o el barro blando no es una opción. La serpiente mantiene su cola en lo alto de su cuerpo y posiciona la punta de su cola de forma agresiva y rígida, como si se tratase de una lanza.

No obstante, lo descrito de estas dos especies no es suficiente para la consolidación de un mito totalmente falso.

Mito sobre el veneno de las serpientes

Las serpientes venenosas bebé son más peligrosas que las adultas

Esta falsa leyenda o concepción es aproximadamente dos tercios un sinsentido y un tercio verdad.

Los bebés de serpientes venenosas no son más venenosos que sus padres. De hecho, lo cierto para un gran número de especies de serpientes es justamente todo lo contrario. Los adultos tienen un veneno mucho más virulento que el de las jóvenes serpientes.

Por ejemplo, tanto los ejemplares adultos de serpientes de cascabel como los jóvenes tienen un veneno que es fuertemente hemolítico, lo que significa que descompone los glóbulos rojos de sus presas. Sin embargo, los estudios del veneno de los adultos mayores demuestran que el nivel de actividad de algunas enzimas de veneno tiende a aumentar con el tamaño y la edad de la serpiente. Así que una serpiente de cascabel de más edad tiene un veneno más virulento que una más joven.

Del mismo modo, una serpiente adulta es capaz de entregar una dosis mucho más grande de veneno que una serpiente más pequeña.

Así que si la toxicidad del veneno de una serpiente joven no es tan potente como la del de un adulto, y el rendimiento total del veneno de un menor de edad no es tan grande como el de un adulto, ¿qué parte de este mito es un tercio verdad? La respuesta está en el nivel de experiencia de la serpiente venenosa. Los adultos son veteranos de la vida. Ellos han evitado con éxito o rechazado a depredadores y agresores, y tienen un control total sobre todas las funciones musculares.

Los adultos reconocen la necesidad de conservar su veneno precioso porque necesitan tiempo para producirlo, y una serpiente que vacía sus reservas de veneno en un atacante no tiene nada para someter a sus presas. Las serpientes adultas han aprendido que una serpiente venenosa sin veneno no come.

Esto es diferente en el caso de las serpientes venenosas neonatas. Por lo general, no controlan sus funciones musculares al igual que las serpientes adultas, y están en su punto más vulnerable en la vida.

Sus ataques defensivos son rápidos y eficaces. Cuando estas serpientes muerden, por lo general muerden duro, bombeando hasta la última gota de su veneno. Si la mordedura de una serpiente venenosa joven llegara a ser más peligrosa que la de un adulto, sería sólo por la cantidad de veneno que inocula, no por la toxicidad del veneno en sí.

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